martes, 14 de abril de 2009

Agua mineral sin gas fresca

Son curiosas las frases que llegas a decir cuando eres pequeña. Me acaba de venir a la mente mi vicio de cuando tenía unos cinco años (entre otros muchos vicios que mejor no contar aquí) de cuando estaba en un bar y el camarero se dirigía a mí y me preguntaba:
-¿Tú que quieres tomar?
Y yo le decía:
-Agua mineral sin gas fresca

Yo misma me reía por dentro al pensar que no me iba a entender o que simplemente iba a pensar que estaba loca o era curiosa. Eso me divertía.

También tenía el hábito de llorar en el romi del lavabo de casa de mis padres (un romi ochentero, estrecho y cubierto enteramente de cristal) para mirarme y verme llorando y lograba darme tanta pena a mí misma que seguía llorando y llorando hasta llorar mucho. Esto explica porque me gustaba (y me sigue gustando) todo lo exagerado, lo dramático y lo burlesco.

Es curioso que sigo siendo la misma, con mis vicios y mis virtudes, la misma niña que era, y aunque me haya tenido que adaptar al mundo aburrido de los adultos, sigo siendo aquella pequeña bizarra y picaresca que fui antaño...

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