Hace ya un tiempo...

Color...

de pasión y de alegría, de ironía, de beneplácito.
El color de mi alma, el amarilo, como la locura, la inteligencia, la diversión y lo estridente.
El color de mi día, el azul, como el mar, las olas, las nubes, como las bolas de algodón humedecidas.
El color de mi noche, el rojo, por las historias, por satán, por los diablillos y las diablesas, por el baile enfurecido, por el moviemiento agitanado y pasmódico bajo las luces de la fantasía.
El color de mi vida, el lila, por aquello que peleo, por lo que me sulfura, por lo que me advierte, por lo que me encoge el corazón y me lo dilata.
El color de todos los colores, el negro, por la tristeza, la compasión, las reprimendas, los feos entendidos y la falta de palabra.
Para todo ellos un abrazo, en forma de purpurina preciosa, de diamante pulido, de brillo iluminado.
El color...mi color.

Meazuleo

Resultado de la clase de dibujo

Este es el resultado de mi clase de dibujo del pasado martes; fue bastante divertida.

El ejercicio consistió en poner una hoja de 35 x 70 cm. aprox enganchada a una tabla de madera sobre el caballete; la profesora iba marcando las líneas que teníamos que dibujar...en total nos indicó 11, todas ellas que atravesaran la hoja de punta a punta y alguna tenía que ser recta y cruzar la mayor parte de las que ya estaban dibujadas. Después nos indicó pintar dos zonas en grises y otras dos en negro oscuro. A mí me resultó un "pie". Aquí lo muestro. El dibujo fue hecho con carboncillo.

Alimentos

Los alimentos "son todos aquellos medios que son indispensables para que una persona pueda satisfacer todas sus necesidades básicas". Existen dos tipos de alimentos: los alimentos para el cuerpo y los alimentos para el alma.

Los alimentos para el cuerpo te aportan los nutrientes suficientes que necesitas a diario para que tu físico esté sano, fuerte, equilibrado y en funcionamiento.

Los alimentos para el alma te aportan las sustancias suficientes para que tu alma o tu yo más profundo, verdadero e íntimo se encuentre en armonía perfecta con tu yo social y con tus instintos más creativos y festivos.

Si me dieran a elegir entre los dos, pasaría un momento de indecisión decadente en el que la decisión sería ardua...pero, después de un trance letárgico afirmaría con decisión que prefiero morir por hambre físico a tener mi alma desasistida de alimentos.