martes, 5 de mayo de 2009

Diversión

Mi mente necesita divertirse para encontrarse en su plena esencia. Mi mundo interior es divertido porque está formado de duendecillos y pequeños habitantes que cantan, saltan, ríen y hacen cosas psicodélicas. No va conmigo el aburrimiento del lenguaje formal ni las manos unidas para parecer una señora, tampoco los protocolos aburridos de "Sí, señora, aquí tiene usted su café y su croissant". Hay personas que se sienten cómodas en el hastío, yo no, porque la cabra siempre tira al monte y, en este caso, yo, como cabra de altos prados tiro hacia mi mundo de amapolas sonrientes y lirios que me hablan.
No more discursos deprimentes.
No more posturas formales.
No more aburrimiento.
Más formol y más espirales de colores.

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