jueves, 29 de abril de 2010

Absurdando

A veces todo parece mucho más banal y más complicado de lo que es todo a veces...a veces nada tan importante viene a tu cabeza porque simplemente no tienes nada ni qué pensar, ni qué hacer, ni qué decidir, ni qué hablar...a veces las palabras se atropellan en la garganta sin poder salir, porque en realidad ni siquiera tienen que salir ¿para qué deberían hacerlo sino tienen forma? ¿para qué deberían aventurarse y desaparecer de la faringe si en el exterior morirían?. Las palabras a veces son como los espermatozoides...corren, corren, corren...compiten entre ellos, pero sólo uno, el más fuerte, el más preparado llegará al objetivo...las palabras son igual...corren, corren, corren, quieren llegar al objetivo exterior, pero sólo una de ellas, aunque bueno, quizá una de ellas con su familia incluida, llegará al ansiado exterior saliendo por la boca en un hilo de formato existencial. La que llegue antes será la única que podrá desaparecer y dejar de existir una vez allá fuera.
Maldito exterior.
Maldito lenguaje mentiroso.
Malditas palabras invasoras.
Maldita agonía el tener que hablar, sin tener nada qué decir.

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