Caminando entre la fina línea del dolor y la pasión; de lo oscuro y lo real...en ese camino arduo ¡que sí!, se hace al andar. Ahí se sitúa mi personalidad para bucear hacia nuevos horizontes. Lo grotesco de todo aquello que ya me he acostumbrado a ser, porque no hay que engañarse, somos seres de costumbres... vuelve a engendrarse una y otra vez; y, no puedo escapar de mis mallas entramadas que me atrapan en un destino poco veloz. No siento que el viento traspase mi cara, como tampoco entrelace mis cabellos llevándome a ese final. Sé hacerlo bien, sé jugar a esta macabrada...aunque no por ello quiero y quizá tampoco deba hacerlo. Soy feliz en mi pequeño infierno, soy humana por lo que soy, por el abandono de mi pequeña mariposa a ese cielo enrojecido por todo lo sucedido... Pero quizá este capullo que quiere salir de su huevo y nacer en mí, deba quizá tener su oportunidad. Al menos esporádicamente, al menos que pueda durar una estación.
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