jueves, 11 de agosto de 2011

En la oscuridad de una noche como esta...

...me dispongo a divisar qué es aquello que quiere salir de mí. Lo veo, lo sé: aquello, ese profundo pensamiento que reside en lo más hondo de mí misma; es una especie de enseñanza simple y vanal que viene a ilustrarme. Mis propios medios, eso es, esa es la cuestión, no necesito nada más. Perder el miedo a lo desconocido y no aventurarme en lo ya conocido por el simple hecho de la batalla. No, no quiero batallas, ya aprendí a retirarme a tiempo, no quiero ambigüedades, no quiero ni estrés ni guiones de películas de serie B. Only for fun. Y no voy a perder el norte, mi tiempo es mío y de nadie más, y la vida que tengo es un regalo que tengo que aprovechar by my own. No quiero ni debo regalar nada más. Voy a reposar mi calma y mi aliento para nuevas aventuras, interesantes, no decadentes, bonitas, sonrientes...no novelescas. Porque vivo en el siglo XXI donde todo es posible y todo es frágil, donde lo más seguro es el aleteo de una mariposa y la ilusión que vive en mi interior. Donde el tiempo es oro, lo bueno se premia, y lo malo se deshecha. Y yo sé lo que es bueno para mí. Por suerte. Soy afortunada.

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